Cómo aliviar el dolor de talón
El dolor de talón, o “talalgia”, es uno de los motivos de consulta más frecuentes que vemos en la clínica, pudiendo afectar a personas de todas las edades. El dolor de talón puede ser causado por diferentes estructuras y condiciones. Ejemplos de diagnósticos comunes que pueden causar dolor de talón serían “fascitis plantar”, “edema de la grasa talar”, o “tendinitis de Aquiles”. En este blog de nuestra clínica del pie, os comentaremos las posibles causas, síntomas y tratamientos efectivos que existen para aliviar el dolor de talón.
Causas del Dolor de Talón
Fascitis Plantar
La fascitis plantar corresponde a una inflamación de la fascia plantar, un tejido que conecta el talón con los dedos. El principal síntoma de ello es el dolor matutino, el primer paso de la mañana suele ser el más doloroso. Es un diagnóstico muy amplio, ya que puede atender desde una leve inflamación, hasta roturas parciales de este tejido. Es una patología que va muy relacionada con la pisada y el sobreesfuerzo. Y que evoluciona razonablemente rápido si se comienza a tratar pronto.
Tendinitis de Aquiles
Corresponde a una inflamación del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el talón. De igual manera que con la fascia plantar, los primeros pasos del día suelen ser los peores. Es una lesión que suele mejorar con la actividad y el paso del día. Y que vuelve a dar la cara después de un periodo de reposo e inicio de actividad. Como ocurre también con la lesión de la fascia plantar, puede ir desde una leve inflamación hasta roturas parciales del tejido.
Bursitis retroquílea
Consiste en una inflamación de la bursa detrás del tendón de Aquiles. Las bursas son pequeñas bolsas presentes en las articulaciones que tienen un papel similar a la lubricación. En condiciones normales están llenas de líquido sinovial. Pero cuando se inflaman, la cantidad de líquido aumenta considerablemente, provocando un aumento de su tamaño y generando dolor.
Síndrome del túnel tarsiano
Es un atrapamiento del nervio Tibial Posterior a su paso por el túnel tarsiano. Aunque el atrapamiento se produce, habitualmente, a la altura del tobillo, el dolor que provoca se percibe en el
talón o planta del pie. Siendo en algunos casos muy incapacitante.
Edema de la grasa plantar
La grasa plantar es el almohadillado natural que tiene el cuerpo para protegernos de los impactos. Por diferentes motivos puede llegar a lesionarse, produciéndose una alteración estructural de la misma, y edemas internos. Es una patología muy invalidante, provocando dolor a cada apoyo que hace el talón en el suelo. Esto, es una diferencia clave con la fascitis plantar, ya que el dolor por fascitis suele mejorar con la actividad.
Métodos de Alivio
– Estiramientos y Ejercicios: en casi todas las lesiones descritas la parte activa de la recuperación juega un papel crucial. Por ello, tener un plan de ejercicios específico y bien programado es muy importante para conseguir avanzar en la recuperación.
– Calzado Adecuado: un calzado con una horma adecuada, buen material y buena amortiguación puede ayudar a mejorar los síntomas percibidos por el proceso lesional.
– Ortesis plantares: muchas de estas patologías van relacionadas con el movimiento que hace el pie cuando camina. Controlarlo a través de una plantilla a medida es un tratamiento muy eficaz para disminuir el dolor y evitar que vuelva a pasar en el futuro.
– Medicamentos: en ocasiones puede ser útil la combinación con antiinflamatorios y/o analgésicos para disminuir la inflamación y mejorar el dolor.
– Terapia Física: desde el punto de vista rehabilitativo, el uso de tratamientos conservadores como la terapia manual combinados con radiofrecuencia, neuromodulación, y otros tratamientos, puede aliviar síntomas y hacer que el proceso de recuperación sea más rápido y de mayor calidad.
– Tratamientos médicos: En casos en los que los tratamientos anteriores hayan fallado, se debe considerar el uso de infiltraciones con corticoterapia o Plasma rico en plaquetas (PRP). Incluso la cirugía, ante casos que se hayan alargado en el tiempo y no se considere posibilidad de mejora con otros tratamientos.
Prevención
La mejor manera de evitar una lesión es prevenirla. Para evitar el dolor de talón existen unas recomendaciones sencillas de seguir en el día como son:
- Mantener un peso saludable para reducir la presión sobre los talones.
- Realizar ejercicios de calentamiento antes de actividades físicas, al igual que una buena rutina de recuperación después de las mismas. Estiramientos, buena hidratación, suficientes horas de sueño, por ejemplo.
- Usar calzado adecuado para cada tipo de actividad.
- Si se es deportista; agregar una rutina de fortalecimiento específica para la actividad que se realiza. Mantener una musculatura fuerte y preparada ayuda minimizar el riesgo de lesión.
Conclusión
El dolor de talón es uno de los motivos de consulta más habituales que vemos. Atendiendo a su causa y gravedad, puede llegar a ser incapacitante, pero con el tratamiento adecuado y cambios en las actividades diarias, es posible aliviar el dolor y prevenir futuras molestias. Si experimentas dolor persistente, nuestra recomendación es consultar a un profesional especializado para tener un diagnóstico preciso de lo que está ocurriendo, y así poder planificar un tratamiento que ayude a disminuir el dolor y recuperar la lesión.